Nuevo año..o.. las mismas cosas de siempre?

jueves, 1 de enero de 2009


Hola a todos mis queridos lectores(aunque últimamente no veo comentarios en alguna de las cosas que escribí hace muchos meses atrás). Como primer día del año 2009 me sentí profundamente inspirada en contar lo que pienso acerca de esta festividad que acontece en todo el mundo: Año nuevo. Viajes al mar, a algún departamento exótico del Perú, a algún país o simplemente una reunión en casa con amigos y tal vez familia, la verdad es que todo en estas épocas siempre es una excusa para la juerga, la fiesta, pachanga o como uds. gusten llamarle. Junto a sus distintos tipos de celebración están las tan famosas y reconocidas kábalas de la buena suerte. Ya sea comer 12 uvas verdes a la medianoche o empujarse una olla entera de lentejas(Ojo: Eso trae consecuencias nefastas al baño, háganme caso), ponerse ropa interior amarilla(el amarillo es el color oficial del año nuevo) o correr con maletas toda una manzana para que tengas viajes, lo cierto de todo eso es que la gente cree fervientemente en ellas. En lo personal, casi ninguna de esas cosas me funcionó( cuando hice lo de las maletas con mi papá nos detuvo el Serenazgo porque creyeron que nos habíamos robado algo) y por lo tanto no creo ni soy fanática de las kábalas de buena suerte. Alguna vez comenté esto con mi bisabuelo( con él mi relación es excelente, somos demasiado iguales en todo) y lo que él me dijo es muy cierto: "La gente cree en eso porque sabe que en el año que acaba de pasar no le ha ido muy bien o porque todo lo que siempre ha soñado realizar no se ha cumplido aún. Lo que la vida me ha enseñado es que la mayoría de los seres humanos creemos en muchas cosas por el simple hecho de necesitar tener fe en algo; y ese algo....les garantiza una esperanza para que su vida sea mas o menos soportable". Aunque en los peores casos de alguna situación le rendimos fe a la suerte, otra cosa verdadera es que...la suerte...no existe. Cada cosa que obtenemos es por lo que hemos dado de nosotros mismos y en sí por el esfuerzo que le hemos puesto a nuestros trabajos o metas. Si yo no obtuve esa calificación que ansiaba tener es porque no estudié lo suficiente y por lo tanto debo de esforzarme más en el próximo ciclo de estudios. "No ansíen cosas nuevas si es que no han dado por terminadas las viejas"; ese es un consejo que recibí hace algunos años por parte de un profesor del colegio. El problema principal aquí es que muchos no seguimos este consejo y ya estamos deseando nuevas cosas sin haber por lo menos tratado de conseguir las que no se lograron el año anterior. Y conforme van pasando los años y los deseos no hechos realidad, se van acumulando las desilusiones y nos conducen fatídicamente a la depresión, a desarrollar envidia hacia el logro del prójimo y a sentirnos mal con nosotros mismos(Ojo: obviamente hay personas que de alguna extraña forma saben sobrellevar eso, pero en sí todos no somos capaces de cargar con eso sin sentirnos en el fondo muy mal). Por favor, hagamos esto de una vez: No miren hacia el frente sin haber dejado de mirar atrás. Si queremos un mejor año, pónganle más entusiasmo y no se fíen de una fe falsa en moneditas o amuletitos que en mi opinión sirven más de adorno que de ayuda(con todo respeto hacia los que creen en ellos, no son ustedes es lo que pienso). Confíen en sí mismos y espero que sigan leyendo mi blog y sobretodo COMENTÁNDOLO! Un beso y muchos éxitos! Susana.

1 comentarios:

Jorge Temoche dijo...

Jajaja!
Dale, jamás me metere una olla de lentejas.