Una piel mudada recien en la mañana. Un capullo roto desde la primavera. Los restos de pellejo que se nos caen de las manos cuando una herida cicatriza. Las canas que nos salen en la cabeza. Las cenizas despues del incendio. Las gotas despues del diluvio. Las nubes tras la terrible tormenta. Y asi...siento que renazco. Estando yo, invalida, torpe, inmovilizada; callada por las palabras...se me caen las muletas y asi, caigo al piso. No puedo levantarme y siento que, tampoco quiero levantarme. Veo a los demas pasar y, observo su caminar. Pasos. Solamente grandes, chicos, cortos y largos pasos. Ellos avanzan, yo no. "Ayudenme", les grito. Nadie lo hace. Siguen en lo suyo. Grito al cielo y libero mi mente y aun asi, no puedo alzarme. Entonces es cuando empiezo a pensar... en las verdaderas amistades, esas que te dan fuerzas para levantarte en los momentos dificiles. En el verdadero amor(si es que se tiene). En todo lo que tengo para dar y lo que otros tienen para recibir. De mi. De ti. De ellos. De ellas. De nosotros. De ustedes. De todos. La serpiente puja, se mueve, se contorsiona; quiere dejar esa fastidiosa piel verde y escamosa que ya esta vieja y debe ser reemplazada por una nueva y mejor. La oruga aprende lo que es la paciencia porque aun le falta para eclosionar y salir de ese nidito blanco y pequeñito. Aquella cachetada que recibi y que me dejo un golpe esta sanando. La costra se seca y pronto se caera. Piel nueva, vida nueva. Y mientras espero a que el terrible diluvio y la desastrosa tormenta terminen pronto de causar estragos, yo aprendo a aguardar hasta el momento exacto. "Paciencia, paciencia" me repito a mi misma. Ya falta poco. Con calma, ya todo pasara. Pasado el tiempo de espera, me muevo lentamente y me impulso hacia arriba. me caigo. Vuelvo a impulsarme y me vuelvo a caer otra vez. Aun asi lo sigo haciendo una y otra vez. Y en un momento..siento que por fin respiro. Me paro y vuelvo a caminar como siempre. Y asi..con mas fuerza...he vuelto..a renacer.
